Querido yo: A finales del año 2010, caminando distraído por tus pensamientos, pisarás un excremento de perro, resbalarás, y caerás en una fisura del continuo espacio-tiempo. No me preguntes cómo. Al despertar te sorprenderá que aquel mismo lugar resulte de repente muy distinto. Ese lugar, éste desde donde te escribo yo ahora, es TU FUTURO. Estás confuso, lo sé, recuerdo aquel momento. Ten paciencia, lo comprenderás cuando leas mis cartas. Afectuosamente, Tu yo del futuro.

miércoles, 2 de septiembre de 2009

Restricción de oxígeno

Querido yo:

Todo comercio consiste originalmente en saquear; en tomar algo que ya estaba ahí, hurtarlo al potencial disfrute general y erigirse en su dueño, para seguidamente trocearlo e intercambiarlo por otras cosas robadas. Así hizo primero la agricultura con la tierra, más tarde la minería con los tesoros de su interior, después la navegación y la pesca con los mares, etc.

Lamentas que en tu siglo se extendiera el comercio sobre un elemento tan esencial para la vida como el agua, que corría libremente por los manantiales para ser más tarde sometida y canalizada hasta fuentes y caños que después se secarían. En el mío, el problema es el aire: su precio se ha puesto por las nubes, que también son de propiedad privada.

Día a dia aumenta la porción privatizada de la atmósfera terrestre, la balneosfera, y aunque nuestras leyes dicen garantizar el acceso universal y gratuito a la respiración celular, la realidad es que los oxitales públicos se encuentran desbordados.

Una legión de desalentados vive condenada a peregrinar entre estos oasis benéfico-gaseosos, campos de concentración siempre remotos entre si donde con un perverso guiño histórico la gente se atropella por ser gaseada con O2. Se les conoce como "espaldas cargadas", "breathless" o "botellautas", por su peculiar habilidad para improvisar escafandras y depósitos de gas respirable a partir de materiales abandonados.

El botellauta vaga en busca de aire, ansiando un soplo fresco ofrecido por una caridad que desprecia. Estos seres azulados pueden verse por doquier, desplazándose con lentitud, hibernando su pensamiento para economizar oxígeno, ensoñando acaso con el mar, donde aún abunda tentadoramente disuelto...

Pero los océanos han sido parcelados, vendidos y electrificados. Unos pocos botellautas imaginativos han aprendido a extraer oxígeno directamente de las plantas. En los parques públicos, a plena luz del día, grupos de vampiros verdes son visibles inclinándose sobre los arbustos en un lúbrico intercambio de estomas y saliva. Las autoridades les consideran "piratas" por escamotear el pago del diezmo industrial que establece la patente sobre la fotosíntesis clónica, y aunque frecuentemente les representan como seres pálidos con colmillos, estos no servirían más que para estorbar la succión de sus besos respiratorios, y en realidad están completa y deprimentemente desdentados.

Al resto, la mayoría, sólo nos queda la opción conservar nuestros caninos y reprimir en lo posible el impulso atávico de respirar, ahora reservado a unos pocos ricos anticuados.

Y así, nuestra especie se mueve cada vez con mayor lentitud (aunque las máquinas se mueven por nosotros). Piensa con menor aporte de oxígeno (pero las máquinas piensan junto a nosotros).

Querido yo, estamos evolucionando hacia una imprevista raza de golems anaerobios.

Un absorbente beso, desde tu futuro.


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