Querido yo: A finales del año 2010, caminando distraído por tus pensamientos, pisarás un excremento de perro, resbalarás, y caerás en una fisura del continuo espacio-tiempo. No me preguntes cómo. Al despertar te sorprenderá que aquel mismo lugar resulte de repente muy distinto. Ese lugar, éste desde donde te escribo yo ahora, es TU FUTURO. Estás confuso, lo sé, recuerdo aquel momento. Ten paciencia, lo comprenderás cuando leas mis cartas. Afectuosamente, Tu yo del futuro.

viernes, 3 de abril de 2009

El legado de cristal





Querido yo:

Te hablaré hoy del sorprendente yacimiento arqueobiológico del que he tenido noticia, en el que se han documentado ciertos... restos... de tu época.

Seguramente recordarás el suceso de la desaparición de una cuadrilla completa de ingenieros del Ayuntamiento de Sevilla, ocurrida durante las eternas prospecciones subterráneas para las obras del Metro. Nunca volvió a saberse de ellos en tu época, pero sus descendientes acaban de ser rescatados en la mía. Al parecer se extraviaron en los túneles que ellos mismos habían construido, y tras vagar durante un tiempo se aplicaron a la caza de ratas para sobrevivir. Habituados a horadar la tierra, esta nueva raza de morlocks zapadores continuó excavando erráticamente, como había aprendido a hacer, hasta topar 90 leguas al norte con el sótano en ruinas del Banco de Semen de la República Autónoma de Madrid, donde un grupo de ellos acaba de ser sorprendido junto al testimonio biológico de los anónimos donantes de mil y una probetas macilentas.

Tiempo atrás, los bancos de semen, óvulos y gazpachos genéticos habían perdido todo apoyo y financiación a raíz la promulgación de las Encíclicas "Prôtinus ex pene" y "Semivivo homunculus per aquaeductu". Sin fondos con los que mantener las condiciones necesarias de luz, temperatura y humedad, estos bancos fueron desmantelados, o entregados sin más al olvido. Al descubrir los morlocks el de Madrid no les importó la evidente degradación de las muestras, y de inmediato enriquecieron su dieta con la proteínica despensa. De hecho se encontraban en pleno festin cuando fueron finalmente rescatados.

A través de complicadas sibilaciones y fricaciones interdentales y sordas -evolución lingüística endogámica del ceceo-, lograron hacer saber que casi habían agotado "sus reservas alimenticias", por lo que un equipo de microbiólogos se desplazó con urgencia a los sotanos del banco de semen, buscando salvar los restos de aquél tesoro genético.

Entre el polvo de las estancias se arremolinaban impúdicas revistas ya amarillentas, instrumental de plástico quebradizo, y recipientes de cristal estrellados contra el suelo pegajoso. Varias botellas y probetas aún reposaban en pié sobre un anaquel. No todas vacías en realidad...


Un rechoncho garrafón, etiquetado y relleno a rebosar hasta el despropósito, había permanecido milagrosamente intacto. La etiqueta impresa mostraba la efigie anónima de quien probablemente había sido su donante, junto a un código de barras. Los análisis preliminares mostraron cómo a pesar de su portentosa generosidad, la muestra quedaba muy por debajo de los estándares de calidad espérmica: unos escasos 8 millones de perezosos espermatozoides/ml flotaban inmóviles o nadaban sin convicción bajo la lente del microscopio. No obstante aquella adormecida sopa de genes había demostrado una notable resistencia al paso del tiempo, por lo que merecía la pena estudiar sus posibilidades como fertilizante para la colonización humana exoplanetaria. Tal vez nunca una paja llegaría tan lejos en el Cosmos...

El código de barras de la etiqueta tiene también cierto interés, pues una vez descifrada resulta ser una suerte de partitura para una breve composición musical, quizá el legado del donante hacia su hipotética descendencia. Como otros muchos, yo mismo quise también reconstruirla y registrar su grabación. Confieso que me tomé algunas licencias, puedes escuchar el asunto ahí arriba...

Tengo que advertirte de la crisis de oligozoospermia que se cierne sobre tu mundo. No porque me preocupe la pervivencia de tu especie, sino porque en tal escenario de escasez tus fluidos viriles serán objeto de extracciones fraudulentas, e incluso forzosas. Abstente de utilizar urinarios públicos; podrías resultar herido.

Por último, respondiendo a la pregunta que con certeza te estarás haciendo: no, las obras del Metro aquel aún no han terminado, y a día de hoy los técnicos de la Cancillería del Reino Cofrade proyectan construir un complejo de túneles para el tránsito de cohetes.

Un abrazo desde tu futuro.

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