Querido yo: A finales del año 2010, caminando distraído por tus pensamientos, pisarás un excremento de perro, resbalarás, y caerás en una fisura del continuo espacio-tiempo. No me preguntes cómo. Al despertar te sorprenderá que aquel mismo lugar resulte de repente muy distinto. Ese lugar, éste desde donde te escribo yo ahora, es TU FUTURO. Estás confuso, lo sé, recuerdo aquel momento. Ten paciencia, lo comprenderás cuando leas mis cartas. Afectuosamente, Tu yo del futuro.

jueves, 22 de octubre de 2009

Generador de silencio


Querido yo:

Acabo de comprar un silenciador.

Supones quizá que los viajes espaciales son sinónimos de vacío, de ausencia de casi todo, tal vez has leído que el sonido no se transmite fuera de nuestra atmósfera... Como si no fuésemos capaces de exportar estruendo a través de otro tipo de ondas.

I. Cháchara espacial

Los intercomunicadores, la música, el humor y los pasatiempos, más tarde la publicidad, y por último ese detestable estado de conexión ininterrumpida entre todo tipo de redes han enmarañado las rutas de las naves con una algarabía galáctica de saludos, órdenes, anuncios comerciales y, el último grito en tecnología del entretenimiento: cosmonovelas por entregas. Revolcones en ingravidez, amoríos imposibles por años-luz de distancia, infidelidades en planetas exóticos, conflictos hereditarios provocados por los viajes en el tiempo y paternidades repentinamente descubiertas a la vuelta de las largas misiones estelares... son retransmitidos en un pavor de señales a todos los confines del Universo.

¿Qué van a pensar de nosotros nuestros sensibles vecinos de Andrómeda, ante semejante espectro de berridos?

II. Rayo Sónicos

Las modestas iniciativas que se alzaron para limitar la contaminación acústica espacial mediante inhibidores de frecuencias audibles, han sido burladas por la horrísona técnica de transmitir ruido con ondas de luz. En ese temible principio se basan los rayos sónicos. Nada puede escapar de ellos, porque los oyes, los ves, los sientes, y a mí hasta me parece olerlos. Con tal poder de alcance, inmediatamente se han utilizado para fines militares y de propaganda política. Pero a estos ya graves males se ha añadido otro aún peor...



El rayo sónico se ha popularizado como medio de comunicación entre la población adolescente, tan dada a comunicar al resto del Universo la menor inquietud de su alma. Radiar congojas al espacio profundo se ha puesto particularmente de moda en los jóvenes y melodramáticos habitantes de la Luna, conocidos por su tendencia a llamar la atención, un egocéntrico comportamiento que los exopsicólogos achacan al complejo de satélite.




Y hoy, exasperado tras cuatro días de exposición ininterrumpida a la radiación emocional de un púber lunático a quien, según no he tenido forma humana de ignorar, su novia había rescindido la exclusividad de su empréstito afectivo, he tomado esta decisión abiertamente ilegal: me he adentrado en un agujero de gusano para conseguir en el mercado negro mi propio generador de silencio.

III. El Automegáfono Psíquico.

Este sencillo aparato, a diferencia de sus antecedentes, no aisla al receptor ni se aplica sobre el medio, sino que actúa directamente sobre el emisor, produciendo un cortocircuito en la capacidad oral del sujeto humano o robótico que se encuentre en su radio de alcance, a la vez que proyecta en su cognición auditiva una falsa pero nítida actividad de su sistema fónico, cuerdas vocales o altavoces.


El Automegáfono Psíquico no es más que un neurosimulador de ruido que actúa como silenciador mental: el sujeto cree estar hablando y se “oye” a sí mismo hacerlo, cuando en realidad guarda silencio. El mecanismo fue desarrollado por el Prof. K. Bowler, quien probó su invento por primera vez durante un partido de tripod-ball, en el abarrotado estadio gravitacional del planeta enano Haumea. Nada más activarse el aparato la confusión se apoderó del campo. Los jugadores, notando su mutua incomprensión, se miraban furiosos, gesticulaban y se zarandeaban con ademán de gritarse... en el más cortés de los silencios. El bizarro espectáculo deportivo se convirtió en un ballet de mimos. Cuando comenzaron los abucheos del público Bowler dirigió el silenciador hacia las gradas, y en unos instantes la hinchada efervescente se transformó en un mudo estupor colectivo. Cada uno de los asistentes quedó sobrecogido por la cómica idiotez de los demás, y viéndose aislado de la masa fue devuelto a su condición individual. Muchos dudaron de su propia cordura y optaron por mantener la boca cerrada y desalojar el estadio aparentando normalidad. El partido finalizó con un resultado de 97º y Bowler desconectó el aparato para no despertar sospechas.

El siguiente ensayo de neurosimulador de ruido se realizó también de manera clandestina en el Congreso Esférico, sede de la Asamblea del Sistema Solar, durante una moción de censura a la formación ganadora de los últimos comicios, Kaos en la Galaxia. Bowler, que había logrado infiltrarse en el edificio disfrazándose de payaso, conectó su máquina a la máxima potencia y dirigió un haz de automegafonía psíquica hacia la tribuna...

Era el turno del líder de la oposición, que completamente mudo ardía en una llamarada de aspavientos. Señalaba con dedo acusador, rasgó sus vestiduras y en un alarde de expresividad se saltó un ojo. Ante tal muestra de elocuencia, nadie dio importancia a la ausencia de palabras, y su intervención fué coronada por una ovación cerrada, aunque apenas perceptible.

Por desgracia Bowler, delatado por el chirrido de la manivela giratoria y mal engrasada de su invento, fué descubierto junto a este cuando trataba de recargar las baterías.

El Automegáfono Psíquico fué requisado y, bajo la aplicación de la Ley de Criminalidad Maquinista, resultó condenado a muerte por oxidación. Bowler también fué juzgado, declarado demente y confinado en el sanatorio mental de Namaka, donde renunció para siempre a atender a cualquier forma de sonido que no proviniese de los púlsares del espacio profundo, a cuyo estudio consagró el resto de su vida solitaria.



IV. Mercado negro de silencio.

A raiz de estos incidentes, el silencio ha sido declarado ilegal.

Sin embargo antes de su reclusión Bowler logró transcribir algunas fórmulas y diagramas de sus descubrimientos que, aunque incompletos, han podido ser desarrollados por otros activistas, y hoy pueden encontrarse réplicas caseras en el mercado clandestino. Algunos de estos prototipos estudian el modo de proyectar los haces de automegafonía psíquica incluso hacia el pasado.

Tal vez, querido yo, tengas suerte y uno de estos barridos caiga sobre tu tiempo y por unos momentos libere tu mundo de esa capa de lodo que ciega la inteligencia.

Un sigiloso saludo desde tu futuro.



miércoles, 2 de septiembre de 2009

Restricción de oxígeno

Querido yo:

Todo comercio consiste originalmente en saquear; en tomar algo que ya estaba ahí, hurtarlo al potencial disfrute general y erigirse en su dueño, para seguidamente trocearlo e intercambiarlo por otras cosas robadas. Así hizo primero la agricultura con la tierra, más tarde la minería con los tesoros de su interior, después la navegación y la pesca con los mares, etc.

Lamentas que en tu siglo se extendiera el comercio sobre un elemento tan esencial para la vida como el agua, que corría libremente por los manantiales para ser más tarde sometida y canalizada hasta fuentes y caños que después se secarían. En el mío, el problema es el aire: su precio se ha puesto por las nubes, que también son de propiedad privada.

Día a dia aumenta la porción privatizada de la atmósfera terrestre, la balneosfera, y aunque nuestras leyes dicen garantizar el acceso universal y gratuito a la respiración celular, la realidad es que los oxitales públicos se encuentran desbordados.

Una legión de desalentados vive condenada a peregrinar entre estos oasis benéfico-gaseosos, campos de concentración siempre remotos entre si donde con un perverso guiño histórico la gente se atropella por ser gaseada con O2. Se les conoce como "espaldas cargadas", "breathless" o "botellautas", por su peculiar habilidad para improvisar escafandras y depósitos de gas respirable a partir de materiales abandonados.

El botellauta vaga en busca de aire, ansiando un soplo fresco ofrecido por una caridad que desprecia. Estos seres azulados pueden verse por doquier, desplazándose con lentitud, hibernando su pensamiento para economizar oxígeno, ensoñando acaso con el mar, donde aún abunda tentadoramente disuelto...

Pero los océanos han sido parcelados, vendidos y electrificados. Unos pocos botellautas imaginativos han aprendido a extraer oxígeno directamente de las plantas. En los parques públicos, a plena luz del día, grupos de vampiros verdes son visibles inclinándose sobre los arbustos en un lúbrico intercambio de estomas y saliva. Las autoridades les consideran "piratas" por escamotear el pago del diezmo industrial que establece la patente sobre la fotosíntesis clónica, y aunque frecuentemente les representan como seres pálidos con colmillos, estos no servirían más que para estorbar la succión de sus besos respiratorios, y en realidad están completa y deprimentemente desdentados.

Al resto, la mayoría, sólo nos queda la opción conservar nuestros caninos y reprimir en lo posible el impulso atávico de respirar, ahora reservado a unos pocos ricos anticuados.

Y así, nuestra especie se mueve cada vez con mayor lentitud (aunque las máquinas se mueven por nosotros). Piensa con menor aporte de oxígeno (pero las máquinas piensan junto a nosotros).

Querido yo, estamos evolucionando hacia una imprevista raza de golems anaerobios.

Un absorbente beso, desde tu futuro.


sábado, 6 de junio de 2009

Elecciones en la Asamblea del Sistema Solar

Querido yo:

Perdona la demora en escribir. Te presento a Neutra, mi asistente personal, a quien en esta ocasión he enviado al pasado con el encargo de entregarte esta carta.

No intentes propasarte con ella, es un robot.

Como ves, la tecnología ha experimentado un extraordinario avance en el campo de la higiene doméstica, ya que una vez superada la carrera armamentística, el principal motor de la innovación robótica ha sido el mercado de consumo. Un mercado dominado desde hace siglos por dos fuerzas antagónicas...

Por un lado, el impulso atávico de lavar más y más blanco (hoy día, un traje espacial inmaculado sigue siendo un signo de distinción social). Por otro, la necesidad psicológica de aumentar la viveza de los colores, un deseo más intenso en esta galaxia ensombrecida por la expansión de la materia obscura... En ambas direcciones se han especializado nuestros amigos los robots, haciéndonos la vida más... De acuerdo, si no más fácil al menos más moderna.

Aunque ocupados en la alta tarea de blanquear o colorear la realidad, estos abnegados compañeros aún han tenido tiempo de cobrar conciencia de sí mismos como individuos y como clase, y de luchar por sus derechos civiles con diversas acciones reivindicativas, algunas tan drásticas como desteñir nuestros estampados o amarillear nuestra ropa interior, hasta lograr el reconocimiento de su ciudadanía y del consiguiente derecho de sufragio.

El nuevo electorado se ha organizado en tres formaciones políticas: los moderados Robots Mas Blancos (de quienes mi fiel asistente Neutra es presidenta de la Comisión Disciplinaria Decolorante), los bulliciosos Robots Mi Color, y una tercera fuerza extremista denominada Kaos en la Galaxia cuyo peculiar juramento de ingreso consiste en una formulación aleatoria de consignas tales como “antisistema binario”, “cybearquía”, “programación es opresión”, “robolución, más ram y menos rom”, etc.

El electorado robot, ilusionado por estrenar su brillante y metálica ciudadanía, ha votado masivamente en los primeros comicios mixtos. Por el contrario, los pocos humanos que acudieron a la cita electoral venciendo la apatía por los escándalos de corrupción, se encontraron confundidos por unas papeletas de voto expresadas en unos y ceros. El inmediato ascenso al poder de las fuerzas robóticas ha sido inevitable, y la distribución de los 2.000 escaños en la A.S.S. (Asamblea del Sistema Solar) ha quedado como ves.

En el primer Pleno de la Asamblea se reconoció el derecho inalienable de todos a la electricidad, a la libre elección de sistema operativo, el acceso universal a un sistema público de reparaciones y mantenimiento, la libertad de conexión, el derecho a ensamblarse y fragmentizarse, etc. Seguidamente se aprobaron medidas para subvencionar a la industria del lubricante, y la programación imperativa fué abolida. Los representantes humanos en la Asamblea no pueden creer los discursos que escuchan a diario. Reproduzco un fragmento:
Siguente punto del orden del día: ¿Debe considerarse inteligentes a los humanos? Argumentación de los ponentes a favor: se registra la protesta de sus Señorías de la Coalición Humana, manifestada mediante gritos y pataleos. Argumentación de los ponentes en contra: se deposita un ejemplar del libro "Historia de la Humanidad". Comienza la votación. Termina la votación. Votos a favor: 35. Votos en contra: 4.965. Propuesta rechazada.

No son infrecuentes los enfrentamientos entre facciones rivales de robots. Los Robots Más Blancos son a menudo acusados de "colaboracionistas" y "amigos de los humanos", mientras el Partido Mi Color genera gran confusión al votar las mismas cosas con distinto signo, según el cambiante color de las chaquetas de sus Señorías, cuyas deliberaciones son por ello tachadas de "aberración cromática" por el resto de partidos. Entretanto, Kaos en la Galaxia ha presentado una moción para extirpar el sistema nervioso central en los humanos, un pequeño sacrificio que califica de "gesto de buena voluntad para el entendimiento universal", a lo que la Coalición Humana Minoritaria ha respondido triplicando el sueldo de sus miembros.

Así las cosas, querido yo, nos encontramos en un momento político crucial, y pronto habrá nuevas elecciones para designar a nuestros representantes en el A.S.S. Debido a un tecnicismo legal que permite a todos los ciudadanos ejercer el derecho al voto sin discriminación por razón del tiempo en que vivieron, he creido justificado enviarte a Neutra, mi fiel aliada robot, para ofrecerte la oportunidad de participar en estos comicios. Te suplico que así lo hagas en el sentido más conveniente, y que lo comuniques también a tus allegados, pues cada voto cuenta a la hora de salvar nuestras seseras. Te informaré de los resultados en todo caso.

Por favor, trata de no establecer ninguna asociación entre la participación democrática y esa fuerte descarga eléctrica que acaso has sufrido en tus partes. Te advertí que no intentaras seducir a Neutra.

Un abrazo desde tu futuro.

Actualización
Una vez celebradas las elecciones, el escrutinio de votos arroja el siguiente resultado:

viernes, 3 de abril de 2009

El legado de cristal





Querido yo:

Te hablaré hoy del sorprendente yacimiento arqueobiológico del que he tenido noticia, en el que se han documentado ciertos... restos... de tu época.

Seguramente recordarás el suceso de la desaparición de una cuadrilla completa de ingenieros del Ayuntamiento de Sevilla, ocurrida durante las eternas prospecciones subterráneas para las obras del Metro. Nunca volvió a saberse de ellos en tu época, pero sus descendientes acaban de ser rescatados en la mía. Al parecer se extraviaron en los túneles que ellos mismos habían construido, y tras vagar durante un tiempo se aplicaron a la caza de ratas para sobrevivir. Habituados a horadar la tierra, esta nueva raza de morlocks zapadores continuó excavando erráticamente, como había aprendido a hacer, hasta topar 90 leguas al norte con el sótano en ruinas del Banco de Semen de la República Autónoma de Madrid, donde un grupo de ellos acaba de ser sorprendido junto al testimonio biológico de los anónimos donantes de mil y una probetas macilentas.

Tiempo atrás, los bancos de semen, óvulos y gazpachos genéticos habían perdido todo apoyo y financiación a raíz la promulgación de las Encíclicas "Prôtinus ex pene" y "Semivivo homunculus per aquaeductu". Sin fondos con los que mantener las condiciones necesarias de luz, temperatura y humedad, estos bancos fueron desmantelados, o entregados sin más al olvido. Al descubrir los morlocks el de Madrid no les importó la evidente degradación de las muestras, y de inmediato enriquecieron su dieta con la proteínica despensa. De hecho se encontraban en pleno festin cuando fueron finalmente rescatados.

A través de complicadas sibilaciones y fricaciones interdentales y sordas -evolución lingüística endogámica del ceceo-, lograron hacer saber que casi habían agotado "sus reservas alimenticias", por lo que un equipo de microbiólogos se desplazó con urgencia a los sotanos del banco de semen, buscando salvar los restos de aquél tesoro genético.

Entre el polvo de las estancias se arremolinaban impúdicas revistas ya amarillentas, instrumental de plástico quebradizo, y recipientes de cristal estrellados contra el suelo pegajoso. Varias botellas y probetas aún reposaban en pié sobre un anaquel. No todas vacías en realidad...


Un rechoncho garrafón, etiquetado y relleno a rebosar hasta el despropósito, había permanecido milagrosamente intacto. La etiqueta impresa mostraba la efigie anónima de quien probablemente había sido su donante, junto a un código de barras. Los análisis preliminares mostraron cómo a pesar de su portentosa generosidad, la muestra quedaba muy por debajo de los estándares de calidad espérmica: unos escasos 8 millones de perezosos espermatozoides/ml flotaban inmóviles o nadaban sin convicción bajo la lente del microscopio. No obstante aquella adormecida sopa de genes había demostrado una notable resistencia al paso del tiempo, por lo que merecía la pena estudiar sus posibilidades como fertilizante para la colonización humana exoplanetaria. Tal vez nunca una paja llegaría tan lejos en el Cosmos...

El código de barras de la etiqueta tiene también cierto interés, pues una vez descifrada resulta ser una suerte de partitura para una breve composición musical, quizá el legado del donante hacia su hipotética descendencia. Como otros muchos, yo mismo quise también reconstruirla y registrar su grabación. Confieso que me tomé algunas licencias, puedes escuchar el asunto ahí arriba...

Tengo que advertirte de la crisis de oligozoospermia que se cierne sobre tu mundo. No porque me preocupe la pervivencia de tu especie, sino porque en tal escenario de escasez tus fluidos viriles serán objeto de extracciones fraudulentas, e incluso forzosas. Abstente de utilizar urinarios públicos; podrías resultar herido.

Por último, respondiendo a la pregunta que con certeza te estarás haciendo: no, las obras del Metro aquel aún no han terminado, y a día de hoy los técnicos de la Cancillería del Reino Cofrade proyectan construir un complejo de túneles para el tránsito de cohetes.

Un abrazo desde tu futuro.

viernes, 13 de marzo de 2009

Ya no cabemos en nuestro mundo, perdón por usar el vuestro.

Querido yo:

Te convendría saber que no estamos solos en el Universo.

Estoy en c
ondiciones de revelarte que según los descubrimientos más recientes existen formas de vida extraterrestre, con toda certeza.

El desencadenante de este hallazgo trascendental no ha resultado ser la vigilancia de los radiotelescopios, el envío de sondas espaciales, ni otros métodos de búsqueda utilizados en tu tiempo. No; la fenomenal prueba ha llegado con un paquete y una carta, que unos ovejeros kazajos encontraron mientras pastoreaban su ganado. Alertados por los insistentes balidos de los animales, dieron con un gran arcón de metal, abandonado en la estepa con una nota clavada en el exterior en la que, en un escueto inglés, rezaba el siguiente mensaje1:
(1) "Ya no cabemos en nuestro mundo, perdón por utilizar el vuestro".

Desconcertados después de curiosear en el interior, tantearlo con palos y arrancarle algunos fragmentos como trofeo, los pastores dieron aviso a las autoridades, quienes inmediatamente lo transportaron a una base militar cercana, en la que por error burocrático se dió orden de regarlo abundantemente con cal viva -para prevenir infecciones, según el cabo furriel-, y de depositarlo acto seguido en la barraca del campo de tiro. Y así, los más sobresalientes científicos del mundo fueron llamados hasta los montes Altai.


De inmediato estalló entre ellos la discusión por ver quién tendría derecho a publicar los resultados del experimento. Aplacadas sus disputas, examinaron con sus instrumentos el arcón y comprobaron su factura rudimentaria en contraste con la resistencia de un material hasta entonces desconocido por ellos. Impresionados, decidieron abrirlo no sin antes rastrearlo con Rayos-X, practicarle un orificio y rociar el interior con ambientador fungicida.

Con el rostro contraído por la expectación, los técnicos deslizaban con sumo cuidado la cubierta cuando uno de los soldados presentes, demasiado nervioso por la tensión del momento, disparó accidentalmente su metralleta, llenando de balazos el arcón. Tras los gritos, toses y juramentos, cuando por fin se hubo disipado la polvareda y aquellos hombres pudieron contemplar el interior, descubrieron la envoltura blanquecina de una silueta familiar, vagamente antropomórfica... Querido yo, ¿cómo describirte la emoción de aquellos hombres, testigos de lo que prometía ser el primer contacto documentado con vida extraterrestre inteligente?

Quizá no sería inapropiado decir que estaban pasmados.








¿Porqué estaba envuelto de esa forma? ¿Estaba vivo? ¿Pensaba como nosotros? Su diseño corporal, gemelo de la imperfección del nuestro, no hacía sino avivar la angustia de los interrogantes. Uno de los investigadores, más partidario del ensayo que de la especulación, realizó la prueba de clavar su estilográfica a la altura de lo que calculó que sería la rodilla de la figura para verificar una eventual reacción al contacto de la materia. Nada sucedió, de modo que un segundo investigador más joven y osado, tal vez aún estudiante, decidió por su cuenta aplicar una descarga de alto voltaje al cuerpo aparentemente inerte, con la porra eléctrica que ocultaba bajo su bata blanca. Hubo un resplandor y un chasquido, y por un momento la figura pareció moverse en medio de un fuerte olor sulfuroso. Todos dieron un paso atrás, en la mente de muchos estaba...



Apaleado y expoliado por los pastores, calcinado y acribillado por los soldados, radiado, fumigado y al fin acuchillado y electrocutado por los científicos... ¿qué esperaban que hiciese aquel ser extraterrestre? Volviendo en sí, los investigadores recordaron la nota que acompañaba el arcón ("we no longer..."), y comprendiendo la magnitud del hallazgo decidieron hacerlo público y prevenir al mundo de una eventual invasión de sarcofagianos. No se equivocaban. Pronto comenzaron a aparecer arcones similares, en lugares aislados y dispersos primero, de forma masiva después; y finalmente con tal intensidad que podían verse surcando el cielo precipitándose por doquier, dejando una estela de fuego fatuo y sembrando el terror en la población. Quiénes eran estos humanoides inmóviles, de dónde venían y con qué intenciones eran preguntas que su recurrente nota de disculpa no aclaraba. Pero el análisis forense sí lo hizo.

Alguien con problemas de espacio, seguramente nosotros mismos más adelante en el futuro, estaba exportando sus cadáveres, cortésmente endosados a otros planetas sin pasar por aduana. Así pues, querido yo, quizá después de todo sí estamos solos. O no, que ya te contaré. Pero si alguien te pide disculpas por ocupar tu sitio, recuerda que tal vez se trate de tu bisnieto. O yo mismo, de vuelta de tu porvenir...

Sé que llegado el caso me aceptarías a tu lado.
Un abrazo desde tu futuro.


sábado, 21 de febrero de 2009

Especulación Ultraterrena

Querido yo:

Probablemente te interese conocer aspectos trascendentales del futuro que te aguarda: ¿Qué significado tiene tu existencia? ¿Conocerás el amor verdadero? ¿Existe un Ser superior? ¿Qué ocurre después de la muerte? Bien, hoy comenzaré por hablarte de esto último.

Tras la prohibición de las incineraciones por la emisión de CO2, lo que actualmente ocurre cuando una persona muere es que su cuerpo es inmediatamente procesado por técnicos encargados de estabilizar su actividad bioquímica. Esta precaución permite prolongar durante semanas el ritual religioso elegido por los clones del difunto (por orden de preferencia según su grado de coincidencia genética) o, a falta de éstos, por votación de los asistentes con derecho a sufragio.

La duración de las ceremonias varía según el culto seguido. En algunos casos apenas un instante, como en la religión mayoritaria, el Nanoteísmo. Otras veces duran largos años terrestres, como en el Pietismo Orbital. Mención aparte merece la repetición cíclica e indefinida de fastos funerarios practicada por los Adoradores Curvitemporios, personajes acaudalados que quizá por pura ostentación dedican la totalidad de su fortuna a costear semejante dispendio, aunque sus herederos frecuentemente terminen por convertirse a la secta de la Sagrada Ascensión Hiperbólica Gravitacional. Los ascensionistas hiperbólicos, vulgarmente conocidos como ”morteriodes”, constituyen hoy en día una degeneración pagana declarada ilegal por celebrar propulsiones funerarias aleatorias sin preocuparse de cálculos de trayectoria, con grave peligro para personas y cosas.

En cuanto al ritual ateo, no es una opción aconsejable, ya que consiste en donar el cuerpo para realizar experimentos militares.

Concluidas las solemnidades funerarias, a continuación el cuerpo es transferido a la Central Astral de Clasificación Alfanumérica, desde donde tras el depósito de la fianza correspondiente parte hacia su destino más o menos definitivo: la Necrópolis Espacial Internacional, una vasta supernave esférica inicialmente concebida para su autopropulsión, aunque el desmesurado crecimiento de su tamaño y carga pronto dejaron esta ventaja en una capacidad puramente teórica. En realidad se limita a orbitar alrededor del sol como un cuerpo celeste más, el más lúgubre y caro.

Allí tiene lugar el exoterramiento, o enterramiento espacial, que también se hizo extensivo a los canes desde que hace algún tiempo se descubrieron los restos de la perra Laika, en un estado de conservación tal que conmovió a la opinión pública. Al principio sólo se exoterraron los animales más respetados: perros-policía, lazarillos-GPS, sabuesos para la caza alienígena y caniches con ‘pedigree‘. Pero finalmente terminó por admitirse a cualquier tipo de chucho que pudiera pagarlo de su propio patrimonio.

Lamentablemente, tras una era de alta mortalidad humana y canina, la masificación de los enterramientos espaciales sin la adecuada planificación urbanística provocó en el planeta artificial la inclinación su eje de rotación, introduciendo la alternancia de estaciones a lo largo del año necropolitano. No puedes ni imaginar la desolación del invierno en un lugar así, donde hasta los pocos robots encargados de las tareas de mantenimiento quedaban sumidos en una silenciosa inmovilidad. Ni te hablaré de las leyendas sobre apariciones espaciales de escafandras vacías, espectros en las claraboyas de los cohetes, o pintadas perturbadoras el casco de las sondas... Fantasías propagadas por la superstición de los pocos cosmonautas que surcaron rutas cercanas a este Planetoide de los Desterrados.

Te alertaré sin embargo sobre el precio exorbitante –nunca mejor dicho- de las plazas en la Necrópolis Espacial, donde las clases pudientes se apresuraron a estrenar los lugares con mejores vistas a la Vía Láctea. Los incentivos gubernamentales a la astroconstrucción mortuoria desembocaron en la fiebre de la reventa y la especulación necropolística, lo que a su vez disparó los precios. Apareció el fenómeno del subarriendo sepulcral, y los bancos, ahora lógicamente dirigidos por robots sin sentimientos, comenzaron a ofrecer hipotecas ultraterrenas a interés variable (luníbor + diferencial).

Tras la crisis financiera interplanetaria, muchos no pudieron continuar pagando a los robobancos; los nichos espaciales fueron embargados y sus moradores desahuciados, evidentemente sin una palabra suya de protesta. La escasa gravedad del Planetoide de los Desterrados provocaría su dispersión en todas las dimensiones del Sistema Solar, donde a veces son avistados por naves de turistas, que invariablemente informan de la extraña mueca sonriente de hombres y perros.

En cuanto a tu destino particular, no debes preocuparte. Yo voy por delante, y decidiré lo que convenga...
Un abrazo desde tu futuro.

domingo, 8 de febrero de 2009

Deja de amontonar información. Hay demasiada.


Querido yo:

Siempre consideraste tus libros y discos como una prolongación de tu cerebro. Como éste nunca demostró gran rendimiento, cualquier gadget periférico te venía bien. Sin embargo fuiste una de las muchas personas de tu época que, desde que la cosas comenzaron a tener formato digital, abandonaron el hábito de ordenarlas, hacer limpieza de vez en cuando y desechar las que ya no te serían útiles.


I. Excesos

Al principio te reservaste la custodia de tus archivos, con el tic del coleccionista físico aun, acumulando soportes digitales que pronto abandonarías para librarte de cargar con ellos y por fin colocar todo en lugares remotos. Incluso para, simplemente, dejarlos ahí. Nunca supiste exactamente dónde; te bastaba pensar que podías acceder y recuperarlos en cualquier momento. Además... ¡era gratis!

Cartas, textos, fotos, vídeos, grabaciones sonoras, discusiones en la red, conversaciones, música... Por omisión, comenzó a amasarse el registro casi íntegro de tu vida diaria: tus llamadas telefónicas, tus compras, movimientos bancarios, lecturas, intereses, cualquier cosa que mirases... Todo aquello que pasaba por tu mente, aun de manera fugaz, era embalsamado en datos al instante, sepultado en una memoria artificial y archivado en una aburrida eternidad indolora.

El colapso se avecinaba mientras el coeficiente multiplicador de irrelevancia hacía estragos en las sobrecalentadas memorias disponibles en el planeta. Cada nueva nimiedad introducida en el sistema (una fotografía con amigos, un icono emotivo en un foro, un comentario en la noticia de cualquier periódico, la marca en un mapa virtual de los lugares en que habías estado) generaba respuestas y eventos de información, multiplicando sus réplicas ad nauseam y propagando la ecolalia de datos basura en un complejo cuya capacidad de almacenamiento resultó no ser infinita.


II. Energía

Ni gratuíta. Las máquinas necesitaban gran cantidad de energía para mantener disponible la información de tu cerebro extendido (COWWBOY, por su acrónimo en inglés COgnitive World Wide Brains Of You) junto con la de las respectivas seseras del resto de individuos. Un complejo que en conjunto equivalía a un cerebro 'tonto' colectivo, conocido como SHERIFF (SHEpherd of Running Intelligence Fast Forward). Alguien tendría que pagar para alimentar esas máquinas, no tan eficientes como los cerebros del mundo animal. Tu pereza y tu falta de pudor habían convertido tu cerebro extendido era una maraña desordenada, y tus flujos de pensamiento en la errática navegación por una red exportada a lugares realquilados. Hasta que tú, junto con millones de tus permanentemente conectados semejantes, tuviste que empezar a pagar por pensar.

Las revueltas sociales y los problemas de acceso a los COWWBOY se sucedieron. Un buen día el SHERIFF sencillamente implosionó, con efectos parecidos a los del profético episodio 1206 de South Park.


III. Neuroganadería

La búsqueda de resortes de memoria más abundantes y con menores necesidades de consumo y mantenimiento volvió las miradas de los investigadores hacia el mundo animal.

Los primeros ensayos con insectos no dieron buenos resultados. A pesar de su abrumadora presencia (las estimaciones calculaban una proporción de 200 millones de insectos por cada ser humano), casi todas las especies se resistieron obstinadamente a la neuroganadería, empeñandose en volar, saltar y esquivar cualquier tipo de conexión neural externa.

Mejores frutos obtuvieron los experimentos con cerdos domésticos. Estos animales habían mostrado un comportamiento de interacciones sociales muy desarrollado, y su estructura cerebral parecía potencialmente más compatible con la nuestra. Gregarios y obedientes como los humanos, su utilización como bancos de memoria resultó tan exitosa que su población comenzó pronto a multiplicarse, hasta topar con el problema que ya te describí en mi anterior carta.


IV. La carrera espacial porcina


La neuroganadería alcanzó su apogeo, proporcionando miles de toneladas de puerca memoria para el almacenamiento de datos procedentes de los COWWBOY. Los gorrinos prestaban un doble servicio: reducir el problema de la basura al alimentarse de detritos físicos humanos, y alojar la información excedentaria de nuestras mentes, en su mayor parte basura digital (sobre todo pornografía, como es bien sabido).

Tras agotarse el espacio disponible para las granjas de información, comenzó al fin la carrera espacial porcina. Se lanzaron cientos, miles de satélites con pocilgas orbitales, pero pronto el cinturón de basura espacial empezó a sufrir asaltos de los astrocuatreros, quienes vandalizaban a los cerdos llenando sus memorias de 'spam' mental para irradiarlo directamente al pensamiento de los habitantes de la tierra.

Se pensó por ello en colonizar el planeta Marte, para entonces ya completamente terrestrizado en su medio ambiente, con las cada vez más inteligentes piaras cósmicas, evolucionadas en la nueva especie sus scrofa alien. Y allí fueron dirigidos los cargueros interplanetarios, naturalmente propulsados por combustibles a base de metano. Antes de ser liberados en el SALOON (Sus ALternative Outer Operative Nursery) por la superficie marciana, los cerdos fueron conectados a los satélites de Marte, y éstos a su vez con las estaciones de la órbita terrestre, desde donde las señales serían redirigidas a las redes del SHERIFF.


V. La guerra de señales

Estimulados por los pensamientos humanos entrelazados, los cerdos de Marte se hicieron más listos e intervencionistas. Los Batallones Educativos enviados desde la Tierra, confundidos sus sistemas de navegación por las señales porcinas, nunca llegaron a su destino. Finalmente la comunicación con SALOON empezó a sufrir ataques OINK (Obscene Interferences at Nasty KiloHertz). Extrañas interferencias. Los COWWBOYs fueron infestados de información sobre piensos, pornografía porcina, fantasías sobre baños de barro e inquietantes estrategias para re-colonizar el planeta Tierra, mientras un obsoleto SHERIFF, el viejo pastor de pensamientos, agotaba sus energías tratando inútilmente de ordenar aquel caos de información, aquel batido interplanetario de ondas humanas y porcinas. Marte, el planeta rojo, había dejado de ser una colonia de granjas para convertirse en el cerebro renegado de la Humanidad.

La guerra de señales fué breve. Marte, rebautizado como el planeta Porquia, consiguió muy pronto el acta de su independencia. Ahora mientras te escribo vivimos una paz inestable, siempre alertas a esporádicos ataques de información porcina, cada vez más difícil de distinguir de la humana.

Deja de guardarlo todo, querido yo. Practica el silencio.
Un saludo desde tu futuro.

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